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martes, 22 de mayo de 2012

Los jóvenes y el “nuevo” PRI


Entre Columnas

Martín Quitano Martínez


Los viejos desconfían de la juventud porque han sido jóvenes.
William Shakespeare

Como en nuestro querido Veracruz, en muchos Estados del país, los dinosaurios del PRI argumentan como un éxito, se enorgullecen de que han sido incorporados cuadros de jóvenes a sus direcciones o gobiernos, dando por sentado que con ello se representaban las aspiraciones juveniles y por ende se tendrían los aliados correspondientes. Verdad a medias, porque la captura juvenil se quedó en la incorporación de “juniors”, jóvenes con visiones y acciones al viejo estilo priísta, formados en la insensibilidad social, el tráfico de influencias, la opacidad, la incompetencia y la ausencia de vocación de servicio público, los que al final no resultan un referente juvenil para las necesidades de los conjuntos de jóvenes que viven cotidianamente las carencias de futuro y la violencia nacional.

Bienvenida la disidencia juvenil, estudiantil, valerosa, pacífica, reflexiva y tan ausente desde hace tanto; gracias a ella sabemos ahora que hay muchos jóvenes que no coinciden con el PRI y sus aliados de los medios masivos de comunicación. Ellos lo han dejado claro.

Bienvenidas también las inmediatas descalificaciones, las violentas represiones físicas y verbales de la vetusta dirigencia priista que han sido grabadas y publicitadas porque se pone de manifiesto para todos lo que ya sabíamos. Ellos también lo han dejado claro.

Las posiciones, coincidamos o no con ellas, asumidas por jóvenes en varias universidades reflejan que la armonía que presumía el acicalado candidato priísta y su “nuevo” partido con los jóvenes no es un paseo por las nubes; el fenómeno surgido en universidades privadas ha ido tomando calles en más lugares cada vez, han invadido las redes sociales y promovido una sacudida en muchos otros sectores sociales, sembrando innovadoras formas de manifestación.

El tufo autoritario de las respuestas priístas desdibuja, contradice sus eslogans publicitarios. ¿Cual nuevo rumbo proponen?, si siguen sin entender la libertad de expresión como un derecho ciudadano? Si prefieren reprimir, amenazar, torturar o matar en vez de dialogar y corregir? Si cualquier movimiento social que no les aplauda es manipulado, reprobable y altamente peligroso? Si siguen menospreciando a una sociedad que pese a sus debilidades ciudadanas puede generar  respuestas?.

Falta mucho que hacer en nuestro país para consolidar la tolerancia social y política, para educarnos en los respetos o reconocimientos a los otros como parte de una sociedad democrática y civilizada, pero sin duda este evento juvenil ha refrescado las aburridísimas campañas que teníamos.

El periodo de elecciones comienza a tomar causes de reconocimiento social y no es precisamente por los candidatos, sino por actores que no se ubican, aparentemente, en algún esquema partidario pero sí en cansancios que se manifiestan en un sector de jóvenes que reprueban abiertamente, a la vieja maquinaria política que plantea su retorno.

“Seamos realistas, pidamos lo imposible”, que este movimiento se amplíe y por la vía pacífica y de la tolerancia, sea el inicio de una transformación de las conciencias dormidas, de las estructuras de opresión y expoliación, de los políticos de pacotilla en otros que aunque sea por conveniencia o vergüenza, hagan algo distinto, como por ejemplo cumplir las leyes que ya existen.

DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA

Y sin embargo la sociedad se mueve.   

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