Martín
Quitano Martínez
Se puede tener por compañera la
fantasía, pero se debe tener como guía a la razón.
Pasos al frente que reivindican los cambios que nos son
urgentes, con el convencimiento de que no todo está perdido y que los destinos
manifiestos que nos abruman y definen, no son mas que formatos a modo para
algunos -quienes sean-, que no soportan las participaciones de aquellos que se
nieguen a reconocer en ellos la única vía, la inamovilidad ó el conformismo.
Lo comento por el movimiento que han logrado imprimir al
presente proceso electoral un conjunto de jóvenes que rompieron con el pasmo,
la linealidad de la mediocridad y que pueden hacer mucho más, permitiéndose el
arrojo de considerase parte y no el todo de los reclamos de una sociedad variopinta
que cuenta con muchas más voces y acciones en protesta por el estado actual de
las cosas.
Rebasando la idea de las representaciones absolutas,
ubicándose en un discurso de apertura e integración de otros, rompiendo con el
monopolio de las vanguardias de los quehaceres revolucionarios, pasan a ser
integrantes activos de una sociedad en su mayoría apática, adormecida y
temerosa, lo que sin duda es parte de los grandes retos de un movimiento que ha
picado la flacidez de un cuerpo que sin gracia dirimía su nueva elección.
La asamblea de los universitarios reunidos en Ciudad Universitaria
hace unos días, muestra ya un proceso de maduración y acomodo de su discurso,
al parecer consiguiendo pasar de ser un movimiento de manifestación contra un
candidato y de intolerancia evidente, a un ejercicio colectivo y organizado que
busca plantearse los retos por situar la discusión mas allá de este proceso
electoral.
Enhorabuena para ellos y para todos los que anhelamos
reconstruir este país. Mejor noticia saber que los candidatos a la presidencia
han tenido que modificar su agenda para abordar los puntos demandados por los
jóvenes, obligando a generar debates más amplios, en lugar de ver solo a
estudiantes que confrontan a los candidatos con gritos y manotazos.
Por ejemplo, según los acuerdos de C.U., el movimiento ha
aclarado ser apartidista para no ser identificados únicamente como un grupo antiPeña. Los jóvenes están buscando
ser mucho más que eso y allí esta su visión y trascendencia, más aún cuando afirman
con claridad que su iniciativa no se acaba con estas elecciones, porque asumen
que los problemas del País, gane quien gane, requieren de amplios ejercicios de
participación, acción ciudadana y construcción de propuestas que nos brinden
alternativas a una sociedad que pareciera en un callejón sin salida frente a
sus adversidades.
Los universitarios que están participando de estas
acciones han recibido muchos aplausos y se los merecen, ojalá que muchos más
universitarios, estudiantes en general, jóvenes, se integren al movimiento, que
se amplíe a todo el país.
Ojalá que la tolerancia, la generosidad, la inteligencia
los guíe para tener el mayor de los éxitos, fortaleciéndose en el
reconocimiento de que no son únicos en la aspiración de un mejor país, que hay
que buscar coincidencias y caminar junto a otros.
Es urgente la construcción de una ciudadanía que logre
articularse sobre la pobreza de los aparatos políticos partidarios y que a su
vez éstos, logren mover sus respectivas nomenclaturas a modificar sus
quehaceres y lo más importante, que esta suma de pasos al frente, nos alejen
del oscuro destino que se visualiza hoy.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
Un día mundial del medio ambiente huérfano de compromiso y políticas
públicas efectivas.
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